Gómez se sumergió en la ardua labor de concentrar y preparar el contingente invasor, recibió el refuerzo que le envió Calixto García, consistente en, 400 hombres de infantería, 400 fusiles Remington y 100 carabinas.
El plan concebido por este gran estratega militar era para después de recibir el primer informe sobre la presencia del enemigo.
Sin embargo en esta ocasión ya se efectuaba el segundo intento español por detener el avance de Máximo Gómez.
Al entrar los españoles en los carriles de este lugar recibieron la descarga de la infantería comandada por Antonio Maceo, e inmediatamente fueron atacados por la caballería cubana que le causaron 250 muertos a los españoles.
Esta batalla fue una resonante victoria táctica y estratégica de las fuerzas cubanas, ya que demostró que era posible derrotar al enemigo en estos parajes, debido a la llanura, y levantó extraordinariamente la moral del Ejército Mambí.