Muy cerca de allí, se hallaban dos campamentos militares españoles.
El campamento del General Maceo estaba siendo atacado por más de 300 soldados españoles.
Los cubanos retroceden hacia su campamento y resisten los ataques españoles, rechazando el cerco enemigo.
La batalla resultó una carnicería: 260 españoles muertos, incluyendo al Teniente Coronel Cabezas, y 27 capturados, heridos casi todos.
Además, esta batalla resultó un antecedente directo a la Protesta de Baraguá.