Se hizo un disparo en el paladar con su revólver sin poder lograr su objetivo, pues sobrevivió y gravemente herido fue apresado por las tropas españolas de Francisco Ariza Gómez.
Pocos días luego de su captura, las autoridades españolas, que mantenían bajo estrecha vigilancia a su madre Lucía Íñiguez, le informaron a ésta que su hijo había sido hecho prisionero.
", y al informarle que antes de ser apresado había intentado suicidarse para no caer prisionero, entonces respondió temblorosa, pero convencida: "¡Ah... ese sí es mi hijo!".
Luego de una ligera recuperación, fue trasladado como prisionero político a España, donde estuvo desterrado hasta 1878, cuando recobró la libertad bajo la amnistía decretada por el general español Arsenio Martínez Campos.
Por estas razones y otras fue seleccionado por la dirección revolucionaria como la persona indicada para dirigir el movimiento insurreccional en gestación.
El Comité Revolucionario Cubano en Nueva York, presidido por él, en octubre de 1878 publicó un manifiesto con las bases y organización que debía tener la nueva etapa independentista que luego sería conocida como la Guerra Chiquita por su corta duración.
Al no poder viajar a Cuba se hizo sentir la falta de liderazgo en el oriente del país, esto hizo que la guerra fuera perdiendo fuerza unido a los sobornos, la desinformación y la labor sistemática de penetración del enemigo.
Los principales jefes son detenidos y deportados mientras algunos generales resisten en espera de su llegada.
Permaneció 5 años en la metrópoli y luego viajó a los Estados Unidos para ponerse al servicio de la Guerra Necesaria, como la llamara José Martí.
Un mes más tarde atacó y tomó el fuerte de San Marcos, en Loma del Hierro.
Estableció una región de operaciones que abarcaba Bayamo, Manzanillo, Las Tunas, Palma Soriano, Holguín y Niquero.
[3] Durante los meses previos a la intervención directa de los Estados Unidos en Cuba, la revolución estaba perdiendo fuerza.
Esta carta ha sido totalmente tergiversada por los historiadores cubanos en los últimos 60 años, queriendo hacer creer que la prohibición había sido dictada por Shafter y no por Calixto García, llegando al extremo de suprimir en ediciones posteriores la circular dictada por Calixto García.
En un acto efectuado en septiembre de 1898 en Santiago de Cuba en su honor reconoció en su discurso su error al querer que la ciudad rendida fuera entregada a sus tropas y agradeció la ayuda decisiva prestada por los Estados Unidos para obtener la independencia.
[Juan José Expósito Casasús, Calixto García(El Estratega), 2.ª Edición, Colección Histórica Cubana y Americana, No.22, Oficina del Historiador de La Habana, pág.
Fue el jefe que más empleó la artillería, para la cual exigía dominar los conceptos técnicos y balísticos.