Con Martí como Delegado (Jefe) del Partido, se decide nombrar a los generales Máximo Gómez y Antonio Maceo, como jefes primero y segundo, respectivamente, de la futura tercera guerra de independencia cubana que se estaba planeando.
Al amanecer, las avanzadas mambisas accionaron contra la vanguardia hispana en la Cañada de Arroyo Naranjo.
El enemigo avanzó hacia el campamento de José Maceo y ocupó las alturas, aunque fueron rechazados.
El General José se lanzó contra el grueso de la tropa, aún en camino, mientras el General Antonio colocaba sus fuerzas en posición de herradura, lo que le permitió atacar a la vez por el frente y por los flancos del enemigo, mientras el Brigadier “Periquito” Pérez cerraba la retirada.
Los cubanos reconocían el monto del refuerzo y abrieron el cerco sin dejar de hostilizar al adversario.