Divide sus hombres en pequeñas guerrillas, él combate solo con su Estado Mayor, se mueve constantemente.
Para ejercitar su plan de Campaña, Gómez procedió a reestructurar sus fuerzas que participarían en ella.
Febrero-Mayo de 1897 Concebidos todos los elementos indispensables para llevar a cabo esta Campaña, se hacía necesario atraer al teatro de operaciones escogido, principalmente a la jurisdicción de Sancti Spíritus al ejército enemigo, lo que consigue Gómez desinformando al ejército español sobre sus verdaderas intenciones, induciéndolos a cometer errores.
Para ello se apoyó en estratagemas u engaños operativos y estrategias mediante las cuales simuló concentraciones de fuerzas en la provincia, además hizo correr el rumor que preparaban un movimiento invasor hacia Occidente, provocó que llegara a manos del enemigo informaciones dirigidas a jefes cubanos (unas falsas y otras reales) en las que se comprometía a marchar hacia Occidente lo más pronto posible.
Es aquí donde El Generalísimo prevé por las características topográficas del terreno, el enemigo se retiraría hacia Arroyo Blanco, ordenó a sus tropas una serie de emboscadas y hostigamiento, que causaron al enemigo cuantiosas bajas; ordenando -dada su estrategia de no enfrentamiento frontal al enemigo- su retirada a La Reforma.
Ante esta nueva medida del mando español que incrementaba la persecución sobre los mambises, Gómez antepuso el continuo movimiento de sus tropas en varias direcciones, incluyendo la jurisdicción de Remedios, arrastrando tras él, las columnas enemigas, en prolongadas jornadas bajo un clima no propicio para los españoles, que se vieron obligados a agotadoras jornadas diurnas, bajo un fuerte sol, lluvia y sometidos a constante hostigamiento nocturno.
Esto hizo más difícil la situación de Gómez, pero tampoco significó que el 4.º Cuerpo de Ejército dirigido por el General Francisco Carrillo Morales y José María Rodríguez "Mayía" estuviera inactivo, operando en la retaguardia del enemigo.