Los regimientos bajo su mando, compuestos por aproximadamente 800 hombres atacaron al enemigo en horas de la tarde.
Ante la falta de municiones y el empuje español, las tropas cubanas se retiraron ordenadamente.
En ese momento, una bala enemiga atravesó el cuerpo de Serafín Sánchez, del hombro derecho al izquierdo.
Mientras la retaguardia detenía al enemigo, los cubanos transportaban el cadáver del general Sánchez a un lugar seguro.
Con esta batalla, el Ejército Mambí perdió a un importante y experimentado general, quien, junto a las muertes previas de Guillermón Moncada, Flor Crombet, José Martí y José Maceo, se sumaba a la lista de generales cubanos muertos en esta guerra, afectando sensiblemente la capacidad militar de los cubanos.