Tras varios meses organizándose y fortaleciéndose, las fuerzas independentistas cubanas determinaron la creación de un contingente invasor que debía extender la guerra hasta el último confín de la isla.
Habiendo logrado su cometido, el General Gómez tomó una parte de las tropas que habían participado en la invasión y marchó en dirección opuesta, dejando al General Maceo con el resto de los hombres para realizar nuevas acciones militares en Pinar del Río.
En el transcurso de ese año, ambos generales cubanos obtuvieron importantes victorias en sus respectivas campañas.
Encontrándose en territorio habanero, Maceo y sus hombres alcanzaron la finca «San Pedro», muy cerca del poblado de Punta Brava, a las afueras de Marianao, pequeña ciudad cercana a la capital del país, La Habana.
En lo personal, el General Máximo Gómez perdió a su hijo más querido y a su mejor amigo en la misma batalla, lo cual se expresó en un cierto pesimismo de Gómez por aquellos días.