Después del éxito en la batalla del paso de Rishki (año 759) el kan búlgaro Vinekh mostró una sorprendente pasividad y deseo de paz que le costó el trono y la vida.
El nuevo gobernante, Telets, apoyó la acción militar contra los bizantinos.
Constantino V entró en su capital triunfante, y los prisioneros búlgaros fueron ejecutados.
Telets tuvo un destino similar, dos años más tarde fue asesinado debido a la derrota.
Los bizantinos fallaron en utilizar la ventaja estratégica que tenían y las guerras se prolongaron en el durante el siglo VIII hasta el año 792 en la batalla de Marcelae que resultó en una victoria búlgara y restablecimiento del tratado del año 718.