Al cruzar el río Rubicón Julio César desató una nueva guerra civil en Roma en enero del 49 a. C.[3] Fácilmente pacificó Italia en persecución de Pompeyo y su facción senatorial, pero no pudo evitar su fuga por Brindisi a Epiro.
[4] Entonces César decidió marchar contra la gran concentración de fuerzas leales a Pompeyo en Hispania,[5] pero durante la marcha, en marzo, decidió enviar a Curión con treinta y una cohortes[6] contra los pompeyanos de África y Sicilia.
[6] Como Curión tenía poca experiencia militar[8] se nombró como su legado a Cayo Caninio Rébilo.
Como él había sido años antes gobernador de la provincia decidió reclamarla para Pompeyo.
[17] Para consolidar su posición tenía el apoyo del rey númida, un cliente de Pompeyo, que debía su trono al general.
[21] Después, Curión observó que los 200 buques pompeyanos con los suministros a bordo estaban desprotegidos.
Después de eso, los marinos pompeyanos tuvieron permiso para hacerse a la mar.
[21] Decidiendo seguir con la ofensiva, no marcha a Castra Cornelia sino que al suroeste de la ciudad.
Como no había tomado la precaución de enviar exploradores Curión se puso nervioso.
[22] Varo estuvo de acuerdo, salió al campo abierto en la madrugada y Curión hizo lo mismo.
[25] Al día siguiente Curión se dirigió a sus hombres para motivarlos ante la venidera batalla.
Ambos se formaron como el día anterior, a cada extremo del valle cuyas paredes eran de apenas siete metros, pero muy empinadas.
En el Adriático Publio Cornelio Dolabela y su flota de 40 galeras fueron capturados por la armada pompeyana.