Suites francesas

[2]​ Esta opinión, no obstante, es inacertada: como el resto de las suites compuestas por Bach, estas siguen básicamente la convención italiana.

Ahora bien, si Couperin consiguió destacar con éxito publicitario su dominio del estilo italiano fue porque éste estaba de moda.

Los estados alemanes carecían en 1700 de una música instrumental independiente y equiparable a la del estilo francés e italiano.

La sarabanda reúne los atributos de un movimiento lento al nuevo estilo italiano con una melodía acompañada por acordes.

En la segunda mitad Bach traslada la melodía al bajo continuo enturbiándola con recursos armónicos.

Se escucha seguidamente la giga, muy vivaz, compuesta en forma de fuga en cuya segunda mitad Bach invierte el tema en sentido horizontal.

Lo que sigue es un refrescante air cuya melodía se invierte al comienzo de la segunda parte.

En la Courante en compás de 6/4 conduce las tres voces alternando el movimiento y la inmovilidad.

La sensitiva Sarabande recuerda al oyente que el si menor fue la tonalidad predilecta de Bach para la música para flauta.

se distingue por los vivos pasajes y los grandes saltos de la voz melódica.

El bajo asume por momentos el movimiento prescrito; para superar algunas situaciones armónicas enrevesadas, Bach expande la segunda parte hasta triplicar la primera en amplitud.

De las tres voces correspondientes a la allemande el mayor énfasis recae sin duda alguna en la voz conductora, o sea el discanto.

El discanto de ambas partes también está invertido en sentido horizontal, es decir, contrapuesto en el ascenso y el descenso.

Lo que Bach presenta aquí como allemande pudo haber pasado por courante en otras suites, dada la regularidad y la vivacidad de la misma.

En la vertiginosa courante, Bach disuelve los esquemas ordinarios basados en el discanto con acompañamiento y opta por una monofonía disimulada para matizarla con mayor énfasis en stacatto contra pasajes de semicorcheas.

La sarabande, caracterizada por acordes y por una voz que sobresale en diferentes tesituras, empieza como un recitativo; una modulación la conduce en seguida a la tonalidad paralela menor de mi mayor.

La gavota se deja interpretar con la misma elegancia desmañada que Bach, para caracterizar un ambiente, supo aplicar con mano maestra a la Cantata campesina, BWV 212 (vol.

Bach hacia 1720.
Gavotte de la Suite francesa n.º 5 .