Un poco más tarde ingresó en el Orfeón Ovetense donde comenzó su carrera lírica.
Gracias a su maestro, Ordóñez pudo optar a una audición con los empresarios del Real, Boceta y Calleja, así como del maestro Marinuzzi, quedando contratado inmediatamente.
En el mismo año canta en Gijón junto al barítono Servando Bango.
Por último se trasladó a Oviedo donde fundó una academia de canto.
Su sólida formación musical, unida a su elegante y apuesta figura, le proporcionó grandes triunfos.