[3] El rey yugoslavo realizaba una visita oficial[3] a Francia con el fin de estrechar relaciones con el Gobierno francés,[3] en el marco del clima prebélico en que se encontraba Europa.
En una operación conjunta de los grupos extremistas nacionalistas ustachas (croatas) y Organización Interna Revolucionaria de Macedonia (búlgaro-macedonia), Vlado Chernozemski consiguió aproximarse hasta el vehículo del monarca y disparar a bocajarro sobre Alejandro I, que murió en el acto.
Asimismo, once espectadores resultaron alcanzados por el tiroteo, dos de los cuales murieron, así como un policía.
[23] Pronto se extendió al resto del país, sin embargo, la represión[10] que había sido habitual en Macedonia desde 1913.
[26] Yugoslavia sabía que solo un acuerdo con Sofía podía poner fin a la actividad de la OIRM en Macedonia.
[27] El trato con la Italia fascista, por el contrario, seguía siendo malo: Yugoslavia seguía temiendo las ambiciones italianas en la costa dálmata, recelaba del apoyo de Mussolini a las organizaciones separatistas croatas, temía el apoyo que prestaba al revisionismo húngaro y condenaba la opresión de las minorías eslovena y croata en el país vecino.
[33] Meses más tarde, en julio se logró un acuerdo que redujo la tensión fronteriza entre los dos países.
[38] En junio de 1934, Barthou logró que Rumanía y Checoslovaquia estableciesen relaciones diplomáticas con la Unión Soviética y se le recibió con entusiasmo en las capitales de los dos países mientras que, por el contrario, Polonia no se mostraba muy partidaria del proyecto francés.
[32] Tras el rechazo polaco y alemán a los planes franceses en septiembre, Barthou se concentró en lograr una mejora de relaciones en los Balcanes.
[48][49] Existía incluso un cuarto grupo dispuesto en Gran Bretaña, preparado para atentar contra el rey en su visita privada a este país, donde el príncipe heredero Pedro realizaba sus estudios.
[48] Por sugerencia de Mihailov, se decidió que fuese Chernozemski quien dirigiese el primer grupo,[49] debido a su experiencia en atentados similares.
[60] Cada uno de los otros tres recibió dos bombas y una pistola automática, que la mujer había introducido en Francia en su equipaje.
[77] El asesino falleció en la comisaría de Marsella a las 22:00 sin haber recobrado la consciencia desde la tarde.
[79] La policía francesa le encontró un pasaporte checoslovaco falso, una segunda pistola, una bomba y una granada de mano.
[78] Los croatas pretendían, tras el asesinato del monarca, infiltrarse en Yugoslavia y desencadenar una guerra civil.
[82] Al funeral oficial en Belgrado, acudieron diversas figuras europeas como el mariscal francés Philippe Pétain o el general Hermann Göring.
[85] El atentado lo había planeado la organización croata, cuyo dirigente residía entonces en Italia[85] y contaba con la protección italiana.
[85] Gran Bretaña prefería que, si las pesquisas debían declarar algún país cómplice, este fuese Hungría.
[87][88] Por ello Laval trató por todos los medios de apaciguar las tensiones entre Roma y Belgrado.
[82] Tanto Gran Bretaña como Francia indicaron claramente a los representantes yugoslavos que no podían contar con su apoyo en una acusación contra Italia.
[93] Los dirigentes ustachas permanecieron encarcelados alrededor de año y medio[53] para calmar las sospechas sobre la complicidad italiana en el atentado.
[92] Los 500-600 ustachas que residían en Italia fueron desarmados e internados, la mayoría en las islas Lipari[53] en duras condiciones, mientras que los principales miembros de la organización permanecían detenidos en diversas ciudades del centro y sur del país.
[99][88][95] Dos días después, Hungría respondió solicitando una investigación inmediata de la Sociedad y proclamando su inocencia.
[88] Por el contrario, las relaciones entre Yugoslavia e Italia quedaron rotas hasta 1937, cuando se reanudaron por iniciativa italiana.
[108] La policía francesa había comenzado la búsqueda de los terroristas inmediatamente después del atentado y los puestos fronterizos estaban alertados para evitar su fuga.
[109] Los detenidos se dirigían a Lausana, siguiente etapa tras París del rey Alejandro, para reunirse con Eugen Kvaternik y asesinar al rey en caso de que el atentado de Marsella no hubiese acabado con su vida.
[110] El juicio de los tres terroristas arrestados por la policía —Zvonimir Pospišil, Mijo Kralj y Milan Rajić—[79] se celebró en Aix y terminó el 12 de febrero de 1936 con la condena a cadena perpetua[79] a trabajos forzados;[112] Pavelić, su lugarteniente Perčević y Kvaternik, cuya extradición no había logrado el Gobierno francés, fueron condenados a muerte in absentia.
[113][79][53] Las autoridades francesas presionaron a la reina viuda para que no testificase en el juicio y el fiscal francés se limitó a presentar pruebas contra Hungría, sin mencionar el papel de Italia[95] en el atentado.
[114] Los abogados defensores aprovecharon el juicio para criticar con dureza tanto a Yugoslavia como al difunto rey.
[115] Antun, Stana y el propio Pavelić huyeron a Sudamérica tras la Segunda Guerra Mundial.