Arte de Oceanía
Antes de la llegada del hombre occidental que supondrá un nuevo tipo de mestizaje, se distinguían, y aún se distinguen, tres grupos étnicos principales: los aborígenes australianos, los papúes, principalmente presentes en Nueva Guinea y los archipiélagos cercanos, y los descendientes de los austronesios, presentes en Oceanía Cercana y Oceanía Lejana incluyendo Micronesia, de los que proceden los pueblos polinésicos que habitan dentro del gran triángulo polinésico (Hawái, Rapa Nui, Nueva Zelanda).Cada etnia generó distintas y variadas civilizaciones en los archipiélagos aislados que forman el continente oceánico.[1] La primera cultura desarrollada observada en la zona fue la lapita (1500-500 a. C.), originada en el entorno de Nueva Guinea y extendida por la Polinesia occidental (islas Salomón, Vanuatu, Nueva Caledonia, Fiyi, Tonga y Samoa, principalmente).Se caracteriza por su cerámica decorada con motivos dentados hechos con peines o púas, así como objetos de obsidiana y conchas.En Australia destacan las pinturas rupestres de los aborígenes australianos, que son bastante esquemáticas, llegando a la simplificación geométrica.Se produjo una gran diversificación cultural y artística: sólo en Melanesia, por ejemplo, había más de 1000 grupos étnicos diferentes.En Micronesia se produjeron elaborados complejos arquitectónicos con esculturas de piedra y megalitos.[3] En época moderna el arte siguió siendo predominantemente indígena, aunque se realizaron los primeros contactos con la civilización occidental.Las esteras son superficies planas de contorno rectangular que se diferencian según las zonas.En forma de faja los dibujos colorados y negros indican la jerarquía social del portador.En algunos sitios encontramos hermosos escudos decorados de gran tamaño, con siluetas en relieve y realzados en color.Las piedras utilizadas son de forma fálica o que representan el sexo femenino.Solo los hombres se tatuaban, a las mujeres les estaba vedado acercarse al lugar donde lo hacían.Los tatuadores podían ser llamados desde lejos por su fama y cada uno dibujaba sus propios motivos en la cara del paciente.Las estatuas y esculturas religiosas utilizan motivos de una compleja cosmogonía con un claro formalismo intelectual, no son retratos ni figuras humanas esquemáticas, mientras que las figuras humanas esculpidas se usan sólo en la magia negra.Estos ritos ya pueden considerarse religiosos, pues hay en ellos una forma de plegaria silenciosa.