Cañón sin retroceso

La principal diferencia respecto a los lanzacohetes (portátiles o no) es que el proyectil del cañón sin retroceso no tiene propulsión propia después de abandonar la caña, comportándose como un proyectil de artillería convencional y sin acelerar más, como lo haría un cohete o misil.

Utilizados normalmente como armas antitanque, el primer diseño efectivo fue desarrollado en la Segunda Guerra Mundial por William Kroeger y Clarence Musser.

Puesto que el escape de gases calientes por la parte trasera del arma puede ser peligroso en ambientes confinados, algunos cañones sin retroceso como el Armbrust y el MATADOR usan una combinación de un contradisparo, cañón sin estrías y pistones para evitar tanto el retroceso como el fogonazo trasero.

[3]​ Este era un cañón que disparaba proyectiles en direcciones opuestas, pero no hay evidencias de haber sido construido en su época.

La Lufwaffe también mostró interés en equipar sus aviones de ataque a tierra con cañones sin retroceso, para poder atacar tanques y fortificaciones.

[6]​ Los japoneses también habían desarrollado un cañón sin retroceso antitanque, el cual tenían reservado para defender la isla principal de una eventual invasión.

Estas armas fueron bastante escasas durante la guerra, aunque el cañón sin retroceso estadounidense M20 era cada vez más empleado en 1945.

En la posguerra surgió un gran interés en los cañones sin retroceso, ya que ofrecían un potencial reemplazo eficaz al obsoleto fusil antitanque en las unidades de infantería.

Durante la Segunda Guerra Mundial, la compañía sueca Bofors Carl Gustaf desarrolló un pequeño cañón sin retroceso de 20 mm, el Pansarvärnsgevär m/42 (20 mm m/42), el cual gozó del interés de los británicos, pero para ese entonces los fusiles antitanque ya estaban obsoletos.

Este último demostró ser poco fiable, demasiado pesado y muy difícil de apuntar.

Además se desarrolló en la década de 1960 el M-28 Davy Crockett, un cañón sin retroceso empleado para lanzar una pequeña ojiva nuclear táctica y destinado a contraatacar las unidades de tanques soviéticos, que fue desplegado con las unidades estadounidenses instaladas en Alemania Occidental.

Los británicos, cuyos esfuerzos fueron liderados por Sir Dennistoun Burney, inventor de la munición Wallbuster HESH, también desarrollaron diseños sin retroceso.

Burney procedió a producir muchos otros diseños, incluyendo el 88 mm y el Ordnance, RCL, 3.45 in.

Sin embargo, el cañón sin retroceso halló otros roles, especialmente en el conflicto Indo-pakistaní de Cachemira, donde fue usado con gran éxito contra búnkeres y como artillería en ese inhóspito terreno.

La versión más grande del SKZ era el DKZ o Phao khong giat ("artillería sin retroceso").

El uso de proyectiles asistidos por cohete le ofrece un mayor alcance al arma, en comparación a otras similares.

Cañón sin retroceso y método de operación.
Soldados estadounidenses disparando un Carl Gustaf M2 . Obsérvese el fogonazo posterior.
Cañón Davis montado en el morro de un hidrocaona F5L , con una ametralladora Lewis coaxial. Hacia 1918.
Recarga de un SPG-9M polaco. Foto del Ministerio de Defensa de Polonia.
Un M-113 dañado por un cañón sin retroceso de 57 mm del FNLV .
Sargento del Ejército estadounidense transportando un Carl Gustaf.
Equipo del Servicio Forestal de los Estados Unidos empleando un cañón sin retroceso de 105 mm para controlar avalanchas en la Montaña Mammoth del Bosque nacional de Inyo . Obsérvese los Minaretes al fondo.