Cabeza de choque de alto poder explosivo

Al hacerlo transmite una enorme energía al metal, consiguiendo que este vibre en una frecuencia tal que causa su ruptura por su cara interna, arrojando violentamente restos del mismo blindaje a modo de metralla que causa la muerte o graves heridas a la tripulación.Esta munición no depende de la velocidad para ser efectiva.Fue usada profusamente por fuerzas inglesas durante la primera Guerra del Golfo.Un proyectil HESH mantiene aún el récord mundial documentado de destrucción más lejana entre tanques, en la que un Challenger británico destruyó un T-54 iraquí desde 4.700 metros de distancia[cita requerida].Otra solución pasiva es equipar al tanque con blindaje reactivo el cual absorberá todo el impacto, en caso de que no ocurra eso, en los tanques modernos el blindaje compuesto del que ya se comentaron sus propiedades.
Destrucción hecha por una cabeza de choque de alto poder explosivo.