Estuvo con el maestro hasta su ejecución, volvió a su patria, donde en sus últimos años enseñó filosofía para mantenerse.
[7]Aristipo parecía insultante para Jenofonte y Platón, como se ve desde el Memorabilia, donde mantiene una discusión contra Sócrates en defensa del disfrute voluptuoso, y desde el Fedón, donde su ausencia a la muerte de Sócrates sin duda se menciona como un reproche.
[14] Los sabios no está sujetos a la envidia, malos deseos, supersticiones y al miedo de la muerte.
[5][14] Aristipo mostró poca consideración por los estándares convencionales de la época en Grecia en ese momento.
A lo que Aristipo respondió: "Y si tú supieras tratar con los hombres, no estarías lavando hierbas".
[17] El hombre debe ser superior a sus instintos básicos y así su placer se combinaba con una relativa libertad de espíritu.
En ese punto se aproximaba a Sócrates, que consideraba también la ciencia como condición indispensable para la humana felicidad.
Pero Aristipo reducía toda la ciencia y sus ventajas al dominio del sentimiento individual.
[13] Si estos fueran solo vicios, "ciertamente no se practicaría en las festividades de los dioses" como hace Dioniso.