Está ubicada en la Ronda Histórica (calle Resolana), dentro del barrio Macarena, que pertenece al distrito Casco Antiguo de la ciudad de Sevilla (Andalucía).
[2] En el siglo XVI, Hernán Ruiz eliminó elementos que estorbaban al tráfico, y la decoró; el aspecto actual es fruto de la reforma de 1723 y la de Chamorro en 1795, colocando un gran escudo real, con aire clasicista que presenta en la actualidad.
Para pagar su factura se organizó una suscripción popular, que alcanzó la suma de 1018 pesetas.
Su cocción defectuosa hizo que se retocase al óleo; aparece flanqueado por los escudos de España y Sevilla, a la derecha y los de la Hermandad Macarena, a su izquierda.
Era el acceso del recinto amurallado que se encontraba más al norte de la ciudad y desde donde partía el antiguo camino real hacia Extremadura.
En lo que respecta a su nombre, existen diversas teorías acerca del origen del vocablo "Macarena", y los historiadores no se ponen de acuerdo a la hora de fijar uno concreto.
[9] Parece ser por los estudios arqueológicos que el último recinto murario de la ciudad sería de origen almorávide, primera mitad del siglo XII, posteriormente, en la segunda mitad del siglo XII los almohades llevaron a cabo una importante reforma bajo el dominio del sultán Ali ibn Yusuf.
Dentro de los heredamientos que Alfonso X de Castilla con el Repartimiento concedió a los doscientos caballeros, se incluyen muchos cercanos a la puerta.
[16] En el año 1508 haría su entrada en la ciudad por la puerta Fernando el Católico, acompañado de Germana de Foix, y para lo cual se instalaron por primera vez en Sevilla arcos triunfales; en total se contaron trece, que recorrían en escenas las victorias del monarca.
[12] En la ciudad se erigieron siete arcos triunfales, para engalanar la ciudad con motivo del fastuoso recibimiento, y el primero de ellos se situó tras esta puerta.
[19] La emperatriz entró en la ciudad al día siguiente, día que se celebró el enlace, y lo hizo también por esta puerta, y fue acompañada bajo palio hasta la catedral.
La estructura o pequeña fortaleza se componía de un arco almenado, en cuyo frontis figuraba la leyenda «Extremo serás del mundo / Sevilla, pues en ti vemos / juntarse los dos extremos» Este arco daba entrada a una plaza cuadrada, a cuyos lados se encontraban otros dos más, que miraban hacia el campo, y entre ellos dos torres fortificadas, cuyo centro ocupaba la puerta fuerte almenada, y después de ella otra de menores dimensiones, que era la que daba acceso a la ciudad.
[4] En la actualidad constituye un gran arco con empinado ático coronado de capiteles y otros remates,[27] y el fresco dedicado a la Virgen de los Reyes, que aún se conservaba en 1866,[11] también ha desaparecido.
[2] Además, en el frente de la puerta se localizan cinco lápidas embutidas con diferentes inscripciones que hacen alusión a diversos acontecimientos importantes, como fue la inauguración del retablo, las reformas llevadas a cabo en 1723, 1795 y 1998, y la ordenanza de 1630 destinada a los guardas de la puerta.