[32] Tras la Guerra Civil Española (1942), se trasladó con sus padres y su hermano César a Madrid, donde al año siguiente comenzó el Bachillerato Superior en el afamado Instituto San Isidro, si bien no perdieron el contacto con la capital pacense, a la que volvieron definitivamente a comienzos de la década de los 50.[33] A pesar de no existir en la familia precedentes artísticos claros, el joven mostró desde muy temprana edad una notable inclinación por el dibujo[34] y el mundo del Arte y el espectáculo en general, lo que apenas instalado nuevamente en Badajoz lo llevó a relacionarse con no pocos de los personajes más conocidos del ambiente cultural y artístico de la ciudad, entre los que cabe mencionar a los también pintores Francisco Pedraja o Guillermo Silveira, el escritor José López Prudencio y, muy especialmente, el poeta y prosista Manuel Pacheco, que «será el responsable de abrir sus ojos al Arte, así como de alentarle y apoyarle en su búsqueda de un espacio, sobre todo en los difíciles inicios»,[35] que con regularidad se reunían en las instalaciones de Radio Badajoz, los salones de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, los martes, o la emblemática tertulia de Esperanza Segura Covarsí (sobrina del pintor), los sábados, más conocida por esta circunstancia como «el Club de los Sabáticos».[37][38][39] Respecto a su paralela formación estrictamente técnica, si bien se consideró a sí mismo un pintor «autodidacta», las diversas fuentes consultadas coinciden en señalar que Vaquero Poblador no negó en ningún momento la influencia educativa del bodegonista Luis Ortiz Pizarro (Badajoz, 1883-1965),[40] discípulo a su vez de Felipe Checa, con el que aprendió los rudimentos de la pintura al óleo, más efectiva, al menos, que la que se llevaba a cabo por entonces en la Real Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, que dejó solo dos años después de comenzar los estudios, según él, desengañado de los métodos didácticos del centro.Veinticuatro horas después, se celebró un funeral en la iglesia parroquial de San Juan Bautista.Sus cenizas, según su deseo, fueron esparcidas desde el embarcadero del río Guadiana a su paso por la capital.[54] Surgieron así una serie de cuadros de caballete, generalmente al óleo sobre tablex o lienzo, por los que el artista hizo discurrir un sinfín de paisajes rurales y urbanos, mendigos, niños pobres, oficios a punto de desaparecer (limpiabotas, fotógrafos ambulantes, castañeras…), campesinos, exuberantes desnudos femeninos (sobre todo en los años 60)…, fija su atención en los franceses Paul Gauguin, Bernard Buffet, Raoul Dufy o Maurice de Vlaminck, Vincent van Gogh o el extremeño Godofredo Ortega Muñoz, entre otros.[47] En cuanto a su pintura de temática religiosa, merecen especial mención el Poema del barrendero (1969.Óleo sobre tablex, 65 x 43 cm), El rosario de la aurora (1969.
"Componen la muestra veintinueve cuadros […] de los pintores José Antonio Ferreiro, Victoriano Martínez Terrón, Julio Moriñigo del Barco, Juan José Narbón,
Francisco Pedraja
, Guillermo Silveira y Antonio Vaquero Poblador".
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Badajoz. Diputación Provincial. Sala de exposiciones "Vaquero Poblador".
Acta del "III Concurso de Pintura Eugenio Hermoso" emitida por el correspondiente jurado calificador en Fregenal de la Sierra (Badajoz) con fecha 22 de diciembre de 1984. Compusieron el mismo
Francisco Pedraja Muñoz
(presidente), Antonio Zoido,
Carmelo Solís
, José Nogales Blanco y Antonio Carrascal Rubio (vocales) y José Vargas Lasso (secretario).