Fabricado exclusivamente a partir de madera y agua, sin el añadido de adhesivos artificiales.
En el proceso se aprovechan las propiedades termoplásticas de la lignina, un adhesivo natural presente en la madera.
Esta técnica lo convierte en un producto biológico, en el que se le aplican procesos de alta presión y temperatura.
Se trata de un material producido con los estándares europeos de Natural Fiber Board (NFB).
[1] Entre sus usos más habituales, suele ser empleado en construcción, insonorización, muebles, puertas, suelos, decoración, automóvil, embalaje, envases, tacones de calzado, expositores, juguetes, traseras de cuadros, pizarras, materiales de oficina, posavasos, bandejas o libros, entre otras muchas aplicaciones.