Tuvo como compañeros a Pradilla, Plasencia o Casimiro Sainz, entre otros.
También por estos años se trasladó a Málaga, donde por escaso tiempo ejerció como profesor en la Escuela de Bellas Artes.
[5] Pero la muerte de su padre en 1872 lo obligó a establecerse en Badajoz un año después y abandonar Madrid definitivamente.
[15] Como refirió La Región Extremeña,[16] el entierro, presidido por el alcalde Santos Redondo, constituyó «una verdadera e imponente manifestación de duelo, al que se asociaron todas las clases sociales».
[17] El Ayuntamiento, por su parte, dedicó casi toda la sesión del día 9 de abril a recordar al pintor, elogiando su obra y lamentando su pérdida.