En la religión popular, el término describe específicamente a los seres celestiales y espíritus de la naturaleza que nunca fueron humanos.[nota 1][10][11][12][13] En la tradición filipina, el mundo de los espíritus puede tener a su vez diferentes submundos, que varían entre grupos étnicos.[nota 2] Las almas son conducidas a su lugar en el más allá según cómo murieron, la edad en muerte o la conducta de la persona cuando vivía.La persona que no obró bien en vida, debe limpiar su alma antes de entrar en el mundo espiritual.Los espíritus ninunò que devienen intercesores de las deidades se les llama pintakasi o pitulon.Los espíritus vengativos pueden manifestarse como apariciones o fantasmas (mantiw)[nota 4] y causan daños a personas vivientes.Estos espíritus pueden variar desde espíritus simples como el diwata de una roca o lugar en particular,[nota 5] a deidades que personifican conceptos abstractos y fenómenos naturales,[nota 6] a deidades que forman parte de un panteón real.Ellos «poseen» lugares y conceptos como campos agrícolas, bosques, acantilados, mares, vientos, rayos o reinos en el mundo espiritual.Aparecen en animales (generalmente como pájaros) o en formas similares a las humanas, tienen diferenciación de género y tienen nombres personales.Estos espíritus generalmente se conocen como engkanto (del español «encanto») en el folclore filipino moderno.El daño o enfermedad causada por diwata se conoce como buyag en bisayano y usog en tagalo.[1][19][25][26] Entre los tagalos, a los taotao también se les llamaba lambana («altar» o «lugar sagrado»),[nota 17] después de la ubicación en la que generalmente se guardan Los taotao solían ser austeras figuras talladas en madera, piedra o marfil.Algunos taoatao encontrados por los españoles estaban hechos de metales preciosos o adornados con oro y joyas, pero estos eran muy raros.Sin el espíritu que representan, son tratados como piezas mundanas de madera tallada o piedra esculpida.Los misioneros españoles registraron que los taotao estaban presentes en todos los hogares filipinos, sin importar cuán pobres fueran.[1][25][26] Cuando los misioneros españoles llegaron a Filipinas, la palabra anito se asoció con estas representaciones físicas de espíritus que figuraban prominentemente en los rituales pag-anito.Eran pequeñas plataformas sin techo o postes de pie separados en la punta (similar a una antorcha tiki).Los más venerados fueron los árboles balete (también llamados nonok, nunuk, nonoc ...etc.) y los hormigueros o termiteros (punso).Exceptuando a los buenos espíritus ancestrales y los pocos diwata benévolos, la mayoría de los anitos eran temidos, no venerados.Para una persona común, los diwata se consideraban seres peligrosos que debían evitarse o aplacarse.Cuando la ceremonia de pag-anito es para un diwata, el ritual se conoce como pagdiwata (también magdiwata o diwatahan).[1] Cualquier cabeza de familia puede realizar rituales pag-anito menores como orar por un mejor clima o desterrar la mala suerte.Esto le permite al espíritu comunicarse verbalmente con los participantes, así como representar físicamente los eventos en el mundo de los espíritus.Los pag-anito más comunes eran súplicas por cosechas abundantes, curas por enfermedades, victoria en la batalla, oraciones por los muertos o bendiciones.En tiempos contemporáneos, Diwata se usa como un término neutral en cuanto al género, que abarca deidades, espíritus de la naturaleza y entidades místicas.En el folclore y las historias modernas, Diwata a menudo se asocia con pequeñas hadas aladas conocidas como Lambana.Estas criaturas se representan como seres diminutos y delicados con alas, evocando la imagen tradicional de las hadas.Curiosamente, Lambana es un homónimo de la palabra Dambana, que en el tagalo moderno se refiere a un "altar" o "capilla".Este doble significado resalta cómo el lenguaje y los términos culturales han evolucionado e interactuado con el tiempo.El uso moderno de Diwata se ha restringido para excluir ciertos seres, creando una identidad más específica para estos espíritus de la naturaleza y seres celestiales, mientras que otros términos han surgido o evolucionado para describir diferentes entidades sobrenaturales en el folclore filipino.
Tallas
taotao
en una tienda de souvenires en la
Isla Siquijor
.
En el tarro de entierro Manunggul, que data del
Neolítico
y se encontró en las
Cuevas de Tabón
, en
Palawán
, se observa una alma y un
psicopompo
rumbo al mundo de los espíritus en una barquita (890–710 a. C.)
Manang
(imágenes talladas) de espíritus guardianes de la etnia mandaya.
Altares ceremoniales
salako
(izquierda) y
palaan
(derecha) del pueblo
itneg
(1922).
[
14
]
Se cree que un diwata habita este
árbol balete
de 400 años en
Lazi
, con un manantial natural entre sus raíces.
Empuñadura con forma de cabeza de dragón
Bakunawa
, en una espada
tenegre
bisayana.
Una fotografía de 1922 de un chamán itneg haciendo una ofrenda a un
apdel
, un
anito
guardián de su aldea. Se cree que el
apdel
reside en las piedras desgastadas por el agua conocidas como
pinaing
.
[
14
]
En el pueblo itneg, las personas lanzan al mar
taltalabong
, barcas de espíritus anito con ofrendas (1922)
Una artista que representa a una chamana en el
Babaylan Festival
de
Bago
,
Negros Occidental
(2015).