Uno de los primeros libros sobre el tema de la comunicación con personas difuntas fue "Communication With the Other Side" (Comunicación Con el Otro Lado), obra del Primer Barón Lyttelton publicada en Inglaterra en 1760.
[1] Entre los espíritus notables citados en este volumen figuran Pedro el Grande, Pericles, un "Salvaje norte-americano", William Penn, y la reina Cristina de Suecia.
[7] En el Espiritismo latinoamericano, similar al Espiritualismo, las sesiones en las que los congregantes intentan comunicarse con los espíritus se denominan misas.
Los espíritus invocados en el Espiritismo son a menudo antepasados de los congregantes o santos católicos.
En el tablero aparecen representados una serie de símbolos: imágenes, letras, números y/o palabras.
[12] Durante la segunda mitad del siglo XIX, numerosos médiums espiritualistas empezaron a defender el uso de herramientas especiales para conducir las sesiones, imponiéndose el uso de habitaciones oscuras particularmente en las sesiones dirigidas por un médium.
Las "mesas de sesión" eran especialmente ligeras, facilitando que pudieran "rotar", "flotar", o "levitar" supuestamente cuando los espíritus se hacían presentes.
Los "gabinetes de espíritus" eran unos armarios portátiles en los que se encerraba al médium, a menudo atado con cuerdas, para impedirle manipular las citadas herramientas.
En 1976, el médium M. Lamar Keene describió las técnicas engañosas que había utilizado en sus sesiones; aun así, en el mismo libro, Keene también declaraba que todavía tenía una creencia firme en Dios, vida después de la muerte, percepción extrasensorial, y otros fenómenos psíquicos.
Críticos de la conducción por los espíritus —incluyendo a escépticos y creyentes— declaran que desde entonces las manifestaciones físicas de estos fenómenos más frecuentemente reportadas consisten en patrones vocales inusuales o comportamientos anormales del médium, que pueden ser bastante fácilmente falsificados por cualquiera con talento teatral.
[15] Las denuncias de fraude contra los médiums que utilizan herramientas en sus sesiones ha tenido dos resultados contrapuestos: los escépticos han utilizado los casos históricos de engaño como una evidencia para calificar toda actividad espiritista mediúmica como inherentemente fraudulenta, mientras que los creyentes han tendido a eliminar el uso de herramientas para evitar estas acusaciones, pero continúan practicando sesiones con médiums, manteniendo plena confianza en sus valores espirituales.
Los resultados mostraron que este grupo contaba con un mayor porcentaje de creyentes.
Entre las personas notables que condujeron pequeñas sesiones durante el siglo XIX figuran las hermanas Fox, cuyas actividades incluían la comunicación mediante golpes en la mesa, y los hermanos Davenport, famosos por su trabajo con el gabinete de los espíritus.
Entre las personas notables que han asistido a sesiones espiritistas y que profesaban una creencia en el Espiritualismo, se incluyen el reformista social Robert Owen; el periodista y pacifista William T. Stead; William Lyon Mackenzie King, primer ministro de Canadá durante 22 años (que buscó el contacto espiritual y la guía política de su madre difunta, sus perros de mascota, y del desaparecido Presidente de los EE.
Algunos de los primeros desenmascaradores fueron Chung Ling Soo, Henry Evans y Julien Proskauer.
[34] Los investigadores Trevor H. Hall y Gordon Stein documentaron los trucos del médium Daniel Dunglas Home.