[7] Tampoco debe confundirse con la utilización de la piel, pluma y otras partes del cuerpo de los animales para reproducir su apariencia en vida, lo que da origen a objetos artísticos, en la actividad denominada taxidermia.—Clarín—, Colmillo Blanco —Jack London—, Platero y yo —Juan Ramón Jiménez—, Rebelión en la granja —Orwell, una distopía crítica con el estalinismo—, Equus —Peter Shaffer—, etc.) También hay un cine animalístico (Born Free, El oso, Free Willy, Gorilas en la niebla, Parque Jurásico, etc.) especialmente importante en animación (Bambi, La dama y el vagabundo, 101 dálmatas, El rey león, The Land Before Time, Chicken Run, Antz, A Bug's Life, Ice Age, etc.); al que hay que añadir el cine puramente documental sobre la naturaleza (documentales de naturaleza: El mundo del silencio, El hombre y la Tierra, Planeta Viviente, Le Peuple migrateur), para el que la filmación de animales es parte esencial, como lo es también en los géneros fotográficos correspondiente (fotografía animalística, fotografía de la vida salvaje, fotografía subacuática).1450), restaurado por Émile Gillieron (hijo), que fue identificado por el arqueólogo Arthur Evans (1928) como un Coracias garrulus.(...) [Moisés] tomó el ternero que habían hecho, lo quemó y lo trituró hasta pulverizarlo.La civilización céltica, extendida por Centroeuropa, llegó hasta la península ibérica y las islas británicas.Uno de los animales más importantes era el jabalí, que se representaba en estandartes similares a la águilas romanas.La pintura etrusca se desarrolló en los frescos de las tumbas con gran realismo, y hay algunas representaciones animalísticas.Para Roma, la Luperca (la loba que alimentó a Rómulo y Remo) y el águila que portaba como estandarte el aquilifer de cada unidad militar, estaban entre los más importantes motivos animalísticos.El arte figurativo chino y japonés tiene representaciones animalísticas, tanto de animales mitológicos (especialmente el dragón) como reales.Las culturas precolombinas desarrollaron artes figurativos que incluyen todo tipo de representaciones animalísticas, especialmente en escultura, orfebrería y cerámica.La iconografía cristiana, omnipresente desde la Antigüedad tardía y en todo el arte medieval, es muy abundante en simbología animal, aunque no siempre es unívoca.Una de las más presentes es la identificación de Cristo con el cordero místico (o como Buen Pastor, con lo que las ovejas se identifican con los cristianos) y la del Espíritu Santo con la paloma (o, en otro caso, las palomas que se acercan a beber del agua son las almas que acceden a la gracia de Dios).La heráldica (que también se despliega como decoración escultórica) tiene entre sus motivos habituales multitud de diversos animales.[42] Para representar la historia de Rebeca y Eliecer, en la que figuran camellos, el Veronés los pinta en primer plano.Un pintor clasicista como Poussin, enfrentado al mismo tema, ignoró conscientemente la posibilidad de introducirlos, para evitar distracciones exóticas.[43] Una posición intermedia adopta Murillo, que hace aparecer los camellos en la lejanía (Eliecer y Rebeca).Tintoretto dispone la escena de El Lavatorio dejando que el lugar central lo ocupe un perro tumbado.Las fuentes de Londres con criterios monumentales se construyeron a partir del siglo XIX.El prerromanticismo de Füssli, Goya o Blake utilizó animales fantásticos para la ambientación de atmósferas oníricas; como ya había hecho El Bosco y como posteriormente haría el surrealismo (Salvador Dalí,[49] Joan Miró,[50] Marc Chagall,[51] Max Ernst[52]).[55] Entre esas convenciones, paradójicamente, están las referencias intencionales que la postmodernidad hace a lo kitshch, al consciente "mal gusto" consumista del pop art, o el recurso a la ingenuidad infantil que está en la esencia del naïf; exhibiendo en mayor o menor medida el deseo de provocación que caracteriza al arte contemporáneo desde sus inicios.Tanto los impresionistas como sus precursores y superadores (preimpresionismo, postimpresionismo) tuvieron algunos animalistas notables, especialmente en las representaciones equinas (Fortuny, Fattori, Degas, Toulouse-Lautrec).Rodin, el gran renovador de la escultura que habitualmente se relaciona con la estética impresionista, tiene muy poca obra animalista.El joyero René Lalique desarrolló la parte principal de su trabajo con motivos animalísticos.La literatura taurina cuenta entre sus contribuyentes a Vicente Blasco Ibáñez (Sangre y arena), Federico García Lorca (Llanto por Ignacio Sánchez Mejías), Ernest Hemingway (Muerte en la tarde, Fiesta), Henry de Montherlant, José Bergamín (La música callada del toreo), etc.[58] Los "artistas ananimalísticos o animalistas" son los que se especializan en este género.
Caballos de San Marcos
, actualmente en la catedral de Venecia, proceden del Hipódromo de Constantinopla; y su cronología no se ha podido establecer con certeza.