Rafael Huerta

Hijo del también escultor Moisés de Huerta que le influiría en su vocación artística, su juventud transcurre en su ciudad natal donde comenzó su formación artística en el taller de su padre.

Aquí coincide en las labores docentes, por primera vez, con el pintor guipuzcoano José María Ascunce.

[2]​[8]​[9]​ Huerta forma parte del movimiento escultórico navarro de a mediados del siglo XX, el cual previamente estovo en decadencia ante la ausencia de escultores navarros, junto con otros artistas como José Ulibarrena y Antonio Loperena.

Su corriente se enmarca por el arte figurativo, dentro de maneras bastante tradicionales.

[10]​ Nunca le interesó el vacío, el espacio, ni otros conceptos artísticos propios de la escultura de la segunda mitad del siglo XX, aunque usó tratamientos vanguardista en sus técnicas.