Entró en la prestigiosa Real Academia de Pintura y Escultura en 1719, en la que empezó a impartir clases en 1743.
Oudry pidió por su trabajo diez pistoles (moneda francesa equivalente a dos escudos españoles), pero Hultz insistió en pagarle veinticinco.
Se encargó a Fagon que devolviera el esplendor a la factoría de tapices de Beauvais, que había cobrado importancia con Colbert, y delegó esa tarea en Oudry y su asociado, Besiner, en 1734.
Oudry alcanzó mucho éxito con esta tarea, en la que se enriquecería.
Imitó bajorrelieves en obras a tinta que llamó en camaïeu, empleó el pastel y produjo aguafuertes.
A menudo se le enviaban ejemplares de aves raras para que las dibujase como lo hizo en Histoire naturelle.