Hoy en día, sus ruinas se encuentran a 24 km al suroeste de Nasiriya, en el actual Irak.
Los habitantes locales llamaban a estas ruinas Tell al-Muqayyar (‘montículo de brea’).
Tras la Primera Guerra Mundial (1914-1918), Irak pasó a formar parte del Imperio británico.
Esta situación se prolongó hasta el período Yemdet-Nasr, hacia el 3000 a. C. En algún momento del milenio siguiente se produjo una inundación de carácter local que dejó una importante capa de lodo en los estratos.
De este rey se conoce su existencia por una tablilla que le dedicó su esposa a su muerte.
De estos dos últimos reyes destaca que sus nombres no son sumerios sino acadios.
Tras esto Ur y las demás ciudades sumerias quedaron incorporadas al Imperio acadio.
A esta época pertenece un texto escrito por Enheduanna, una sacerdotisa en y escriba en el templo de Nannar en Ur.
Según la historia, Han falla en favor de Inanna y Enheduanna recupera su posición.
Hacia el siglo XXII a. C., Utu-hegal de Uruk expulsó a los gutis del norte consiguiendo la hegemonía en Sumeria.
A su muerte fue su hermano Ur-Nammu, que posiblemente gobernaba hasta entonces en Ur, quien le sucedió en su imperio.
En esta situación la ciudad de Ur quedó convertida en una gran capital, llegando a alcanzar los 200 000 habitantes.
Entre estas construcciones destaca el enorme zigurat de Ur, construido durante los reinados de Ur-Nammu (2113-2094 a. C.) y su sucesor Shulgi (2094-2047 a. C.) y que aún se mantiene en pie, tras su restauración parcial en los años 1970.
Los recién llegados se fueron estableciendo en el curso medio del Éufrates, en la zona de Babilonia, consiguiendo cada vez más influencia.
En esta situación, un antiguo gobernante de Mari e influyente funcionario llamado Ishbi-Erra se asoció a los distintos enemigos de Ur dándole el golpe final y causando la disolución del imperio.
La sección noroeste de este recinto sagrado estaba dedicada al dios Nannar.
La estructura aún se conserva y fue parcialmente reparada a finales de los años 1970.
El interior del zigurat no es hueco, sino que está completamente formado por ladrillos de barro.
El interior del edificio estaba dividido en dos partes por un pasillo y contenía numerosas habitaciones que se situaban alrededor de patios.
El espacio central ha sido interpretado en ocasiones como un patio, si bien es probable que se encontrase cubierto.
Pertenecían al período Dinástico Arcaico y estaban constituidas por paredes de ladrillo o piedra coronadas por una bóveda.
Sin embargo esto no ha sido demostrado y también se han barajado otras opciones, como que la tumba real fuese escogida por las élites como lugar ilustre de enterramiento, siendo sus cuerpos desplazados allí una vez construida.