Aparece primero en la mitología sumeria como hija de Enki y Ningikuga.
Fue consorte de Nannar, el dios lunar con quien tuvo dos hijos, Shamash (Utu para los sumerios) e Ishtar (Inanna en mitología sumeria) formando con ellos una triada astral babilónica.
Por ello, Ningal, es considerada como una diosa vaca, que junto a su esposo Nannar, como toro, tendrán su importancia en los rituales sagrados de la hierogamia, que propiciará la fertilidad.
Ningal está presente en las Lamentaciones por la destrucción de Ur[1], escritas en el II milenio a. C. Como protectora de Ur, implora ante Enlil para que impida que los annunaki inunden su ciudad.
[2] Ningal fue asimilada por la mitología semita, por lo general bajo el nombre de Nikkal.