Louis Althusser nació en Bir Mourad Raïs, Argelia francesa, y estudió en la Escuela Normal Superior (Francia), donde más tarde se convirtió en profesor de Filosofía.
Fue luego uno de los principales referentes académicos del Partido Comunista Francés (en cuyo seno se involucró en agrias disputas teóricas que desembocarían en su famosa autocrítica) y su pensamiento puede ser considerado como una respuesta a múltiples interpretaciones del marxismo, entre ellas el empirismo y el humanismo.
Durante los tres años que le llevó preparar su examen, estudió intensamente el Idealismo alemán del siglo XIX.
En 1947 le fue diagnosticado un desequilibrio mental, siendo internado en un hospital psiquiátrico por una "Psicosis maníaco-depresiva, causante de accesos melancólicos repetitivos".
Sus alumnos recordaron siempre el empeño en su formación, su disponibilidad y la amplitud de sus perspectivas.
La derecha francesa, por su parte, acusó a la izquierda de mediar para que Althusser no ingresara en prisión.
Hizo poco más trabajo académico, muriendo en 1990[1] Su autobiografía, El porvenir es largo (L'avenir dure longtemps), publicada en 1992, puso en claro su desgarrada posición vital y su escasa e incompleta lectura de la obra de Marx.
Para Althusser la ideología es ahistórica, pues, al igual que el inconsciente freudiano, es eterna.
Althusser pensaba que las ideas de Marx habían sido malentendidas, especialmente por los marxistas.
Aunque los primeros trabajos de Marx están vinculados a las categorías filosóficas hegelianas y a la economía política clásica, con La ideología alemana (escrita en 1845) se habría producido una ruptura repentina y sin precedentes que prepara el camino para sus trabajos posteriores.
Algunos de los estudiantes y camaradas de Althusser llegaron a ser posteriormente intelectuales eminentes: Jacques Derrida, Michel Foucault, Etienne Balibar, Alain Badiou, Marta Harnecker, Jacques Rancière, Pierre Macherey, Saul Karsz y Bruno Sandstede.