Permite gestionar en un único lugar todo el combustible gastado en centrales nucleares y otros residuos similares.Los residuos de baja y media actividad son aquellos cuya radiactividad decaerá en un periodo relativamente corto, normalmente menor a 300 años.Estos residuos suelen ser materiales de trabajo expuestos a radiación, como batas, guantes, jeringuillas, viales, filtros, herramientas, lodos y se almacenan en estado sólido, inmovilizados en hormigón, y suelen almacenarse en instalaciones más pequeñas, debido a lo reducido de su volumen.Las principales ventajas que aporta la centralización del almacenaje a otros sistemas son la minimización del número de instalaciones, la optimización de recursos, y la seguridad mostrada desde que comenzaron a utilizarse.La centralización es un sistema más seguro que la dispersión en varias ubicaciones, ya que se optimiza la aplicación de las tecnologías y sistemas de seguridad pasivos y activos.Los almacenes temporales franceses tienen la particularidad de tratar y reciclar esos residuos.En los Países Bajos opera desde 2003 el ATC "HABOG", ubicado en la zona industrial de Vlissingen-Oost, en Zelanda, gestionado por el gobierno neerlandés.[6] Almacenará durante 100 años el combustible producido por las dos centrales nucleares existentes en el país.Hasta entonces, los residuos producidos en las 4 plantas nucleares suizas eran enviados a Francia y el Reino Unido.