El Congreso basó esta política en lo que la mayoría de científicos a nivel mundial acordó que era la mejor opción para almacenar los residuos nucleares de alta actividad.En 1978, se comenzó a estudiar Yucca Mountain para determinar si era adecuada para situar el primer almacenamiento geológico para más de 72.000 toneladas de combustible nuclear gastado y otros residuos de alta actividad que aún hoy permanecen dispersos en 126 emplazamientos por todo Estados Unidos.Estos lugares eran Hanford (Washington), el condado de Deaf Smith en Texas y Yucca Mountain.Además el Congreso obligaba a detener el proyecto si en cualquier momento de los estudios se hallaba inadecuado el lugar.[6] Las asociaciones ecologistas antinucleares están en contra de este proyecto, ya que consideran que es necesario parar la producción de residuos radioactivos, no ocultarlos y dejar los residuos ya producidos en los lugares donde se encuentran para evitar un transporte inútil y peligroso.Sin embargo, si no se posee un lugar donde almacenar esos residuos en la fecha prevista, el gobierno federal americano deberá indemnizar a las empresas propietarias con una cantidad entre 300 y 500 millones de dólares anuales como compensación por el incumplimiento del contrato que firmó con esas empresas en 1998.Además, la Administración Obama prometió eliminar completamente el proyecto de la Montaña Yucca en el presupuesto del año 2011.