Los prebióticos son una clase de alimentos funcionales, definidos como ingredientes de la comida no digeribles que son utilizados por la microbiota intestinal.
[8][9] Las características fundamentales que deben cumplir los alimentos para considerarse prebióticos son:[2][4] Aquellos microorganismos intestinales que contribuyen a la salud y bienestar se denominan probioticos.
En esta categoría de alimentos prebióticos se encuentran las fibra alimenticia, los fructooligosacáridos y la inulina.
Los alimentos prebióticos que mejor definen esta función son los hidratos de carbono similares a la inulina y se usan en la industria alimentaria como sustitutos de azúcares y grasas; suelen aportar a los alimentos textura, estabilizan la formación de espuma, mejoran las cualidades sensoriales (propiedades organolépticas) de los productos lácteos fermentados, galletas, mermeladas, el pan y la leche.
La estructura molecular de la inulina resiste a la digestión en la parte superior del intestino, lo que evita su absorción y le permite continuar su recorrido intestinal hasta que llega al colon, donde se convierte en alimento para las bacterias allí presentes.