Estas substancias son consideradas prebióticos porque promueven la proliferación de bacterias intestinales beneficiosas para la salud humana, como varias especies de Bifidobacterium y Lactobacillus.
[1] Junto a los fructooligosacáridos (FOS), los GOS son los prebióticos más estudiados, y en la actualidad se comercializan como ingredientes funcionales en diversos productos, como por ejemplo fórmulas lácteas infantiles.
Se utilizan β-galactosidasas, enzimas capaces de transferir grupos galactosilo del substrato donador al aceptor mediante un mecanismo conocido como transglicosidación.
[4] Resisten acidez cercana a pH 2 y no sufren cambios cuando son tratados a altas temperaturas por cortos períodos de tiempo.
Además, no presentan olor y se disuelven en agua.