Fructooligosacárido

Los fructooligosacáridos, llamados también a veces oligofructosas u oligofructanos o abreviados FOS, suelen utilizarse como sustitutos del azúcar.

Los principales componentes de los productos comerciales son kestosa (Glu-Fru2), nistosa (Glu-Fru3), fructosilnistosa (Glu-Fru4), bifurcosa (Glu-Fru3), inulobiosa (Fru2), inulotriosa (Fru3), e inulotetrosa (Fru4).

[2]​ Debido a la configuración de sus enlaces glicosídicos, los fructooligosacaridos resisten la hidrólisis causada por las enzimas humanas presentes en la saliva y las secreciones del tracto gastrointestinal, ya que estas últimas sólo son capaces de hidrolizar los enlaces α(1→4), como consecuencia no se liberan monosacáridos y los FOS pasan por el tracto intestinal sin ser absorbidos, es por esto que no contribuyen con un valor calórico importante.

Los fructooligosacáridos son especialmente utilizados en combinación con edulcorantes artificiales de alto poder endulzante, para mejorar la presentación y el sabor residual.

Los FOS actúan como sustrato para la microflora en el intestino grueso, aumentando la salud general del tracto gastrointestinal.

Los FOS han sido además recomendados como suplementos dietarios para prevenir las infecciones intestinales causadas por algunas levaduras tales como Candida albicans.

Varios estudios han encontrado que los FOS y la inulina promueven la absorción de calcio tanto en intestino humano como animal,[5]​[6]​ La microflora intestinal en la porción final del intestino es capaz de fermentar los FOS, lo que contribuye a reducir el pH.

Según la FDA de Estados Unidos, los FOS son clasificados como generalmente reconocidos como seguros (GRAS, por sus siglas en inglés).

Estructura general de fructooligosacáridos (FOS)