Microbiota intestinal

En otras ocasiones son imprescindibles para la síntesis de determinados compuestos, como la vitamina K y algunas del complejo B.

Al estar compuesta de microorganismos es muy sensible a los antibióticos, que pueden causar su alteración.

Por otro lado, otros estudios han sugerido que existe una influencia en la composición del microbioma por genes específicos.

Esto hace pensar que tanto los determinantes genéticos como ambientales podrían subyacer a esa similitud de microbioma en las familias.

En este mismo estudio[5]​ descubrieron varios factores genéticos que contribuían a la abundancia de 94 bacterias sobre 249 totales.

Esta microbiota ha sido asociada a los genes que codifican para el receptor de serotonina y para el receptor de glutamato, que son componentes potenciales del eje cerebro-intestino; y a la variación cercana al gen CLEC16A que se ha asociado a varios trastornos autoinmunes e inflamatorios provocando así varias alteraciones en la microbiota intestinal.

[7]​ Los microorganismos habitan el intestino humano mediando las funciones metabólicas, fisiológicas e inmunes del hospedador.

Esta última función es muy importante para el control de cáncer en esta zona, ya que las bacterias cuando metabolizan alimentos ricos en fibra, liberan ácido butírico que está involucrado en la diferenciación de las células del intestino grueso e induce apoptosis, lo cual es importante para eliminar células no funcionales que pueden ser cancerígenas y para mitigar inflamaciones.

Las bacterias rompen esos carbohidratos complejos en azúcares simples, los cuales son a su vez fermentados para crear ácidos grasos de cadena corta que las células humanas pueden absorber.

Esos ácidos grasos cortos contribuyen al 10 % de las calorías que el organismo humano requiere.

Por ello, es importante estudiar la microbiota para realizar una medicina personalizada y saber si una persona es capaz de responder o no ante un fármaco.

Estas bacterias se encargan de mostrarle a los linfocitos (específicamente los linfocitos T) cuales cepas son útiles para el cuerpo y cuales les permite reconocer mejor a los antígenos invasores.

Estudios en ratones han demostrado que un trasplante de microbiota intestinal podría ser un buen tratamiento para la obesidad.

Sin embargo, en ciertas enfermedades como en la cirrosis hepática, el hígado pierde su función de depuración sanguínea.

Las heces del donante se analizan para detectar múltiples enfermedades infecciosas, incluidos el VIH y la hepatitis C, y se evalúa el uso reciente de antibióticos, medicamentos inmunosupresores o la presencia de enfermedad metabólica o maligna.

La administración mediante una sonda nasal es mínimamente invasiva, pero presenta riesgo de aspiración y vómito.

Las cápsulas orales son el procedimiento más económico y menos invasivo, pero hay pocas evidencias disponibles sobre su efectividad.

Escherichia coli , una de las muchas especies de bacterias presentes en el intestino humano.
Medio ambiente intestinal conformado por el intestino hospedador , los microbios y los alimentos en etapa de digestión. Aquí el Eub338 tiñe las bacterias de color fucsia dentro de la luz del intestino.
Micrografía de un linfocito T humano (también llamado célula T) del sistema inmunitario de un donador sano
Bolsa de enema.