Alimentos funcionales
Alimentos funcionales (en la literatura especializada se suele abreviar como AF), también dichos alicamentos son aquellos alimentos que son elaborados no solo por sus características nutricionales sino también para cumplir una función específica como puede ser el mejorar la salud y reducir el riesgo de contraer enfermedades.Para ello se les agregan componentes biológicamente activos, como minerales, vitaminas, ácidos grasos, fibra alimenticia o antioxidantes como polifenoles.A esta operación de añadir nutrientes exógenos se le denomina también fortificación.[1] Existe, no obstante, una preocupación creciente desde finales del siglo XX por parte de las autoridades sanitarias en lo que respecta a la educación del consumidor sobre el consumo y las propiedades atribuidas a este tipo de alimentos.No existe una definición ni legislación mundialmente consensuada para catalogar este tipo de alimentos; inclusive hay variaciones en el término utilizado para referirse a los mismos dependiendo del país y el contexto.[10] Un alimento funcional puede ser un macronutriente si éste posee efectos fisiológicos específicos (como puede ser el empleo de un almidón resistente a los jugos gástricos o un ácido graso) o incluso un nutriente esencial que su consumo es superior a la Cantidad Diaria Recomendada.También se encuentran publicados estudios que fallan en encontrar diferencias para la salud luego del consumo de probióticos y critican su empleo.Solo cuando exista una estricta supervisión por parte de un ente externo se podrá tener certeza respecto a los resultados.