[1] En menor grado destacan también los gremios alfareros establecidos en Lora del Río, Lebrija y Osuna.
La cacharrería provincial quedó registrada en la obra de singulares pintores como Velázquez, Murillo o Zurbarán.
[5][6][7] Tuvo alfarería sin vidriar y horno de planta circular activo hasta el final del siglo XX.
Sus últimos artesanos tradicionales, según estudió Antonio Limón (como apunta Seseña en su obra), fueron José Domínguez Pérez, artesano fiel a técnicas, material y formas tradicionales, destacando sus cántaros hechos de una vez; y Enrique Arco Aparicio "el barrero", cuya producción degeneró hacia las piezas turísticas (toros, figuritas, modelados).
Con una producción similar en importancia y cantidad a la de Lora del Río, la alfarería desapareció mediado el siglo XX.