Arse

Llegó a ser primero un oppidum y luego un municipium romano, cuyos habitantes eran hispanorromanos, con el topónimo latino de Saguntum.Su prosperidad, pues, podría afirmarse que se debía en gran parte a los beneficios obtenidos de su actividad comercial.Sin embargo, se objeta que la misiva fechada en el siglo V a. C., pueda referirse en una época tan temprana a Arse.[2]​[3]​ Se ha estimado que, a principios del siglo IV a. C., Arse tenía una superficie de 8 hectáreas.Silio Itálico atribuye la fundación mítica de la ciudad a Heracles,[8]​ que halla su reflejo en las monedas.[11]​ La doble toponimia Arse-Saguntum, evidenciada numismáticamente, no demuestra por sí sola la existencia de un asentamiento colonial romano en las cercanías de la ciudad ibérica, sino que «es más plausible que esta ciudad tuviera dos nombres, uno ibero y otro latino».El sitio duró meses, y los habitantes de Arse basaron su estrategia en impedir a Aníbal superar las murallas que rodeaban la ciudad.Después del asedio, Aníbal se encontró con una ciudad desolada, parcialmente destruida y quemada.Aquello hizo enfurecer al cartaginés que había sacrificado tiempo, soldados y recursos en su conquista.[15]​ Los romanos construyeron un gran circo en la parte baja de la ciudad y un teatro con un aforo para ocho mil espectadores.
Situación de Arse con respecto a otras poblaciones edetanas.
Dracma de Arse correspondiente al siglo II a. C., depositado en el Museo de Prehistoria de Valencia.
Moneda de Arse-Saguntum. Anverso: concha marina. Reverso: delfín sobre una estrella.
Unidad y media de Arse de los años 133 al 75 a. C. mostrando un caduceo y el nombre de la ciudad en alfabeto ibero.