[5] Su padre, Raffaele Pareto, patriarca genovés y partidario de Giuseppe Mazzini, vivía un exilio voluntario.
Por ser un consultor industrial, no centraba su atención solo en su profesión, sino que se involucró hasta volverse un especialista en la doctrina librecambista y representó a los que atacaban firmemente el proteccionismo.
Más adelante, en la madurez de su etapa intelectual, y disfrutando la tranquilidad de Céligny, abandonó formalmente su carácter polémico por el motivo de que su perspectiva teórica había cambiado, y el ángulo con el que juzgaba los hechos se había ampliado notablemente.
Al principio fue solo un pasatiempo para Pareto, pero esto luego alcanzó grados más importantes en su vida cotidiana, hasta que lo llevó a abandonar cualquier otra actividad.
[cita requerida] Contribuyó desde 1890 a 1905 con el Giornale degli Economisti, y dio fundamento científico a la economía matemática, concepto antes introducido por los marginalistas Jevons, Léon Walras y Cournot.
Esto lo llevó a formar posteriormente una idea que se tradujo en su teoría del equilibrio económico.
En virtud de ese descubrimiento, recibió una propuesta para mudarse a una localidad valdense, Lausana, para ocupar la cátedra que había dejado libre Walras en 1893 como profesor de Economía Política.
Pareto abandonó la docencia en 1906, y se retiró a Céligny, en el cantón de Ginebra, a un tranquilo poblado llamado Villa Angora, donde dedicó el último período de su vida al estudio.
[cita requerida] Las cualidades mentales más importantes obtenidas durante la formación de Pareto fueron, sin dudas, el conocimiento matemático y la cultura humanística.
Tradujo, por el mero placer de ejercitarse lingüísticamente, la Antología griega.
Desde esa perspectiva, Pareto desechó algunos postulados económicos, sugiriendo que los individuos actúan basados en elementos instintivos residuales, no lógicos ni racionales.
Pero, en la realidad, estamos restringidos por la capacidad que tenemos para adquirir esos bienes en el mercado.
No parece haberse dado cuenta la dificultad metodológica que eso suponía.
En este respecto, aunque quizá no fue tan lejos como Marshall en los detalles, por lo menos en su primera obra, su modo de abordar los problemas parece haber sido más sugestivo, y en él se han basado muchos trabajos recientes.
Hasta esa fecha, mantenía cordiales relaciones personales con algunos socialistas individuales, pero siempre pensó que sus ideas económicas eran gravemente erróneas.
La creciente agitación entre los trabajadores en Italia lo llevó al campo antisocialista y antidemocrático.
[10] Sin embargo, su actitud hacia el fascismo en sus últimos años es motivo de controversia.
[11] A pesar de que dio la bienvenida al fascismo y fue honrado por el nuevo régimen (Mussolini le nombró senador vitalicio), se ha dicho que, como pensador político, Pareto continuó siendo un libertario radical hasta el final, que expresó serias reservas sobre el fascismo y se opuso a sus políticas básicas.
Pero esto no es necesariamente así, pues hay quienes gobiernan sin ser élite (por influencias, familias, etc.).
Pareto influyó sobre ciertos aspectos del fascismo italiano, especialmente al nivel de la propaganda política.
[cita requerida] Sin embargo, en la práctica del régimen fascista, los principales escritores y teóricos fascistas no encontraron gran mérito en su obras «políticas», y condenaron definitivamente sus teorías económicas.
Así, por ejemplo, Franz Borkenau argumenta que: «En los primeros años de su gobierno, Mussolini ejecutó literalmente las prescripciones políticas de Pareto, destruyendo el liberalismo político, pero al mismo tiempo reemplazando en general el manejo estatal de las empresas privadas, disminuyendo los impuestos sobre la propiedad, favoreciendo el desarrollo industrial, imponiendo una educación religiosa basada en dogmas…».
Kitzberger, la nueva edición de la Enciclopedia Italiana editada por Treccani en 1931, encomendada por Mussolini a G. Gentile como el instrumento más importante de la “política cultural del fascismo”, no hace referencia alguna al aporte de Pareto ni en el apartado dedicado a la historia del fascismo ni en la explicitación doctrinaria del mismo.