Joseph Juran sugiere que el principio no debe tomarse como una ley matemática estricta, ya que las proporciones exactas pueden variar, su utilidad radica en su capacidad para identificar desequilibrios y permitir una mejor toma de decisiones al centrarse en los aspectos que generan el mayor impacto.Así sucede, en líneas generales, con el reparto de los bienes naturales y la riqueza mundial.Si bien Pareto determinó esta relación basándose en sus estudios sobre la riqueza, la aplicación universal, es decir, la aplicación del principio a otras áreas fuera de la economía se debe al trabajo de Joseph Juran,[1] quien encontró la relación 80-20 y la aplicó a otros fenómenos.Cuando un almacén tiene un inventario grande, para concentrar los esfuerzos de control en los artículos o mercancías más significativos, se suele utilizar el principio de Pareto.Así, de forma relativamente sencilla, aparecen los distintos elementos que participan en un fallo y se pueden identificar los problemas realmente relevantes, que acarrean el mayor porcentaje de error.
El Principio de Pareto asegura que un pequeño número de vainas produce la mayoría de los guisantes.