Está situado en Ostertor junto a la muralla y foso de la ciudad, en la calle Am Waller Freihafen, en el extremo oriental del casco antiguo de Bremen y a escasos metros del edificio del Teatro de la plaza Goethe.
En 1898, se convocó un concurso para realizar la ampliación que el museo necesitaba con urgencia resultando vencedor el proyecto del arquitecto Albert Dunkel para el edificio y de Eduard Gildemeister para la fachada monumental cuyo ornamento incluía obras de notables escultores como Georg Roemer y Georg Wrba.
La ampliación, al igual que el edificio original se financió con contribuciones de los socios siendo las mayores aportaciones la del presidente de la sociedad Kaufmann Carl Schütte y los socios Joseph Hachez y Hermann Melchers.
Tras la Primera Guerra Mundial la situación económica de la sociedad era preocupante por lo que en 1919 se solicitó un incremento del subsidio público, solicitud que se reiteró en 1920 y que tuvo por contestación la propuesta ciudadana de nacionalizar la Galería de Arte.
Tras este suceso las obras se trasladaron en primera instancia a dos bancos de la ciudad y con posterioridad fuera de la ciudad con diferentes destinos.
Finalmente los costes se elevaron por encima de los 25 millones de marcos por imprevistos surgidos durante las obras, cantidad que fue igualmente sufragada mediante donaciones.
El cargo de Director de la Colección se creó en 1887 cuando se pusieron en marcha los planes para la ampliación del museo que se materializaron en 1902 ya que era necesario un líder experto no ya para organizar las exposiciones si no además para presentar y representar al museo.
Al mismo tiempo se adquirieron obras de impresionistas franceses y alemanes, fondos que configuran hoy el centro de la colección del museo, entre los que puede citarse a Courbet, Corinth, Liebermann, Manet, Monet, Pissarro, Renoir, Slevogt y van Gogh, de este último por ejemplo se adquirió Campo con amapolas en 1911.
Igualmente durante el mandato de Pauli realizaron aportaciones económicas y donaron obras pintores como Barlach, Degas, Klinger, Liebermann, Adolph Menzel, Pissarro, Renoir y Toulouse-Lautrec.
Su prioriodad fueron los maestros del siglo XIX aunque igualmente adquirió obras de arte moderno.
Entre las medidas que adoptó, naderías realmente, instaló la Enseña de Guerra nazi en el tejado, ordenó colocar una cortina con la leyenda "extranjero y moderno" ocultando acceso a la exposición del expresionismo alemán y reservó cuatro salas para la pintura alemana en un intento de promover el "arte autóctono".
Durante su mandato se dedicó principalmente, dada la práctica imposibilidad de realizar adquisiciones directamente, a atraer patrocinadores con cuya ayuda pudo realizar algunas compras de importancia.