Llamó la atención del destacado arquitecto Karl Friedrich Schinkel, quien le contrató como pintor decorador.
Blechen sin embargo, buscaba una obra más elevada y comenzó a producir cuadros de paisajes.
Estos dos pintores, que representan, respectivamente, el realismo y el romanticismo en la pintura alemana, influyeron en Blechen.
Lo hacía mediante numerosos esbozos usando la acuarela o el lápiz, aunque también el óleo y la pluma.
En ellos presenta efectos particulares del paisaje, tanto cromáticos como visuales; y refleja un sentimiento exaltado típicamente romántico.
Sus paisajes acaban siendo, a la vez, subjetivos y realistas, en la misma línea que seguiría posteriormente Menzel.