Pasó a estudiar en París, Berlín, y Leipzig, obteniendo el título de doctor en 1893.
Autor prolífico, se estima que escribió 1250 volúmenes publicados y 25000 artículos.
Viajó de manera intensiva por toda Europa, y sus obras escritas en muchos idiomas sugieren el hecho que podía hablar, leer y escribir en virtualmente todos los grandes idiomas europeos modernos.
Desde 1902 hasta 1906 fue editor de la revista nacionalista Sămănătorul, y en 1906 fundó el periódico Neamul românesc.
[4] Desarrolló también ciertas actitudes antisemitas y xenófobas, que sólo criticó cuando en ciertas formaciones ponían en riesgo el orden tradicional.
[5] En 1907 fue elegido por primera vez como diputado al parlamento,[4] presentándose junto con su futuro socio y también antisemita Alexandru C.
En 1925 Iorga fue miembro y presidente honorífico del Partido Nacional Rumano de Iuliu Maniu, pero lo abandonó, declarando que el partido no luchaba por el bien del campesinado, sino para los "abogados de ciudades pequeñas que defienden sus intereses mezquinos".
[20] Mantuvo sin embargo su oposición a la Guardia, aconsejando al efímero gobierno de Octavian Goga que la reprimiese.
Este fue casi el único que publicó algo en defensa del rey.
El 15 de septiembre, escribiendo sobre el papel de Iuliu Maniu en el derrocamiento de Carlos II, lo comparó a Robespierre, como un político que "...lucha para la moralidad por encima de cualquier cosa... que no pudo haber cometido pecado alguno... que puede demostrar a todo el mundo, en cualquier momento, que no se equivocó nunca... frío, dominante y cruel".
[27] Su muerte rehabilitó al erudito y supuso un desdoro imborrable para la Guardia,[26] que había acabado con el intelectual que había apadrinado a generaciones de ultranacionalistas y antisemitas, entre ellos al propio padre de Codreanu.
Como nacionalista moderado y defensor del tradicionalismo campesino (condición demostrada por su colaboración en Sămănătorul), Iorga demostró interés hacia la historia de los dominios rurales en Valaquia y Moldavia.
Habló de organizaciones administrativas campesinas que sobrevivieron hasta la Edad Media, llamándolas Romanii populare.
Sin embargo, Iorga nunca defendió la preeminencia y originalidad absoluta de los rumanos.
Iorga también afirmó que los sultanes continuaron algunas políticas del antiguo Imperio.
Iorga escribió también poesía (se publicó un solo volumen) y obras dramáticas (como Doamna lui Ieremia, La Señora de Ieremia, o Învierea lui Ştefan cel Mare, La resurrección de Ştefan cel Mare).