Gerhart Hauptmann

Pasó la mayor parte de 1883 y 1884 en Italia, viaje que le reveló sus bellezas antiguas.

Al año siguiente de estrenar Das Friedensfest (1890), se retiró a Schreiberhau en Silesia.

Después compuso Einsame Menschen ("Almas solitarias", 1891) que recuerda Romersholm y Hedda Gabler de Henrik Ibsen.

Su insignificante y bondadosa esposa no puede colmar sus ansias de idealismo ni ser la columna que su espíritu vacilante necesita para sostenerse.

La casualidad lleva a su lado a una mujer libre, una emancipada ibseniana, sin patria ni familia, Ana Mahr, que sabe comprenderle y lo reconforta fascinándole, embrujándole y adueñándose de todo su ser.

En cambio, entre las clases sociales elevadas impera la dureza y el egoísmo hasta extremos de refinada crueldad, como en el caso del industrial Dreissiger, cuya casa acaban por atacar y saquear los obreros amotinados en una impresionante marea de rebelión vindicadora de la cual es víctima inocente el anciano, sufrido y honrado tejedor Hilse, representante del obrerismo a la antigua usanza, sumiso bajo la antigua férula patronal y que, rehusando seguir a los rebeldes, muere de un balazo en la descarga que contra ellos hace la tropa.

La obra, cuya duración pasaba de las cuatro horas y presentaba en escena a una multitud bulliciosa, resultó un fracaso en la primera representación, pero más tarde fue reestremada con formidable éxito.

También escribió dos tragedias relacionadas con el pasado de Silesia, Fuhrmann Henschel (1898) y Rose Berndt (1903, comedia de costumbres), el drama simbolista Die versunkene Glocke (La campana sumergida, 1897) y Und Pippa tanzt (¡Y Pipa baila!, 1905).

Los tejedores por Emil Orlík .