Drama social

La Dolores (1892), de José Feliú y Codina, inspirada en una famosa copla popular, pone las bases del drama social.

A los pocos meses aparece la que se tiene como obra fundamental del género en España, el Juan José (1895) de Joaquín Dicenta, al que siguieron El señor feudal (1896) y, sobre todo, Aurora (1900), obras en que, sin embargo, los conflictos sociales quedan siempre impregnados de elementos melodramáticos y folletinescos.

Otros dramas donde lo rural y lo social se combinan a partes iguales son los de José López Pinillos (1875-1922), más conocido como "Pármeno" y asiduo cultivador del drama rural: La tierra (1921) o Esclavitud (1918).

Después habrá que esperar a la llegada de Antonio Buero Vallejo para encontrarnos con dramas que, por su constitución coral y la denuncia de problemas sociales, merezcan este nombre; así puede considerarse buena parte del teatro del Neorrealismo con Buero a la cabeza (Historia de una escalera, Hoy es fiesta), seguido por Alfonso Sastre (La cornada, La mordaza), Rodríguez Méndez (Los inocentes de la Moncloa), José Martín Recuerda (El Cristo) y sobre todo Lauro Olmo, quien con La camisa entronca con las raíces del género.

La escritora anarquista Emma Goldman ha estudiado este tipo de teatro en su The Social Significance of the Modern Drama (1914) en cuanto a algunos de los autores europeos de entonces: Henrik Ibsen, August Strindberg, Hermann Sudermann, Gerhart Hauptmann, Frank Wedekind, Maurice Maeterlinck, Edmond Rostand, Brieux, George Bernard Shaw, John Galsworthy, Stanley Houghton, Githa Sowerby, William Butler Yeats, Lennox Robinson, T. G. Murray, León Tolstoy, Anton Chejov, Maxim Gorki y Leonid Andreyev.

Cartel de Los tejedores (1892) de Gerhart Hauptmann , primer drama social moderno, por Emil Orlík .