Estas fueron llevadas a cabo en la casa de José Acevedo y Gómez.
Sin embargo, los asistentes a estas reuniones descubrieron que la casa estaba bajo vigilancia.
A finales de ese año, fue enviado por José Fernández Madrid a prestar servicios en el ejército del norte y fortificar los caminos de Guanacas y del Quindío.
Al oír su sentencia de muerte, una tradición afirma que Caldas habría pedido clemencia a Pablo Morillo,[4] cuya respuesta habría sido «España no necesita de sabios».
Cuando bajaba las escalinatas de la Universidad del Rosario, en camino hacia el patíbulo, dibujó en una pared la letra griega θ [cita requerida], enigma que tradicionalmente se ha interpretado como Oh, larga y negra partida.
Representa un límite asintóticamente ajustado *En la antigüedad, la letra theta se consideraba el símbolo de la muerte.