Las fuentes del Nilo, le dijo a un amigo, son valiosas solo como un medio para abrir mi boca con poder entre los hombres.
Al mismo tiempo, sus viajes misioneros, "desaparición" y eventual muerte en África —y posterior glorificación como héroe nacional póstumo en 1874— condujeron a la fundación de varias importantes iniciativas misioneras cristianas centroafricanas llevadas a cabo en la era del Reparto de África.
Este trabajo monótono era necesario para mantener a su familia empobrecida, pero le enseñó persistencia, resistencia y una empatía natural con todos los que trabajan, como lo expresan las líneas que solía tararear de la canción igualitaria de Rabbie Burns: When man to man, the world o'er/Shall brothers be for a' that (Cuando de hombre a hombre, el mundo se acaba/Serán hermanos por algo).
[9] Convertido ya en teólogo y médico, Livingstone originalmente iba a ser enviado a China, envío que no se pudo cumplir en último momento por la guerra del Opio que se desató en aquel país.
Se dirigió a Kuruman, en territorio tsuana, donde el misionero escocés Robert Moffat había establecido ya un puesto.
Livingstone se adentró con su familia y con William Cotton Oswell en el desierto de Kalahari.
Livingstone decide separarse de su familia para tener más libertad al explorar, y acompaña a los suyos hasta Ciudad del Cabo.
[3] Livingstone se propuso abrir rutas en África para facilitar la labor misionera y la actividad comercial, considerando para ello la importancia de la navegabilidad del río Zambeze.
Fue recibido con gran expectación, e invitado a dar numerosas conferencias en sociedades científicas y universidades.
En 1858 se embarcó hacia África con seis compañeros de expedición, entre ellos su hermano Charles y el pintor Thomas Baines.
[3] Livingstone exploró profundamente la zona comprendida entre el lago Nyassa (hoy, lago Malaui) y el Zambeze, pero descubrió que desde los rápidos de Kabrabasa —donde actualmente se encuentra la presa de Cahora Bassa— el río se hacía absolutamente innavegable, debido a una serie de cataratas y rápidos en cuya exploración ya había fracasado en su anterior viaje.
Aprovecha su regreso a Inglaterra para redactar su segunda obra, Narrative of an Expedition to the Zambezi and its Tributaries, que también es una gran éxito de ventas.
Si bien la región ya había sido recorrida por varias expediciones dedicadas a este fin en los alrededores de los Lagos Victoria y Alberto, con exploradores reconocidos como Richard Francis Burton, John Hanning Speke y Samuel Baker, Livingstone creía que las fuentes del Nilo se encontraban mucho más al sur.
[10] Esta nueva expedición se inició en marzo de 1866 en la isla de Zanzíbar para adentrarse a continuación en el continente africano; desembarcó en la desembocadura del río Ruvuma y siguió rumbo noroeste hasta los lagos Nyasa y Tanganica.
Livingstone respondió: «Sí», y luego: «Me siento agradecido de estar aquí para darle la bienvenida».
Estas famosas palabras pueden haber sido una invención, ya que Stanley arrancó posteriormente las páginas de este encuentro en su diario.
Sin embargo, la frase apareció en un editorial del New York Herald del 10 de agosto de 1872, y tanto la Encyclopædia Britannica como el Oxford Dictionary of National Biography la citan sin cuestionar su veracidad.
[13] Como señala su biógrafo, Tim Jeal, Stanley luchó toda su vida con una debilidad autopercibida por ser de origen humilde, y fabricaba eventos para compensar esta supuesta deficiencia.
También se afirma que Livingstone le hizo la siguiente alusión: «Stanley, yo he leído la Biblia cuatro veces mientras estaba esperando en Manyuena.
Ambos llevaron a cabo juntos, durante cuatro meses, algunas investigaciones en la zona de los lagos.
Livingstone recuperó en parte sus fuerzas gracias a los alimentos traídos por Stanley, y este se apasionó por los problemas geográficos que le planteaba el explorador.
A Livingstone, su enfermedad le producía cada vez más confusión y tenía dificultades de juicio.
Su cadáver fue conservado en sal y tardó varios meses en ser trasladado hasta llegar a Bagamoyo, en la costa del Índico.
Desde este puerto viajaron hasta Inglaterra a bordo del Malwa, y llegaron en abril de 1874.
Muchos misioneros importantes, como Leader Stirling y Annie Allen, trabajarían más tarde para este grupo.
Si algo puede promover los intereses del reino, será regalado o guardado, solo en la medida en que al darlo o guardarlo promueva la gloria de aquel a quien debo todas mis esperanzas en el tiempo y la eternidad».
Según Austin en 1997:[21]Durante la década anticolonialista de 1960, Livingstone fue desprestigiado: solo logró un converso certificado, que más tarde reincidió; exploró pocas zonas que no hubieran sido recorridas por otros; liberó pocos esclavos; trató horriblemente a sus colegas; viajó con traficantes de esclavos árabes; su vida familiar fue un desastre.
Rodesia hace tiempo expurgó su nombre, pero las ciudades de Livingstone (Zambia) y Livingstonia (Malaui) mantienen con orgullo el apelativo del explorador.En 2002, David Livingstone fue nombrado uno de los 100 grandes británicos (100 Greatest Britons) tras una votación realizada en todo el Reino Unido.