Jean-Honoré Fragonard

Debido a unas inversiones fallidas la familia entró en penurias económicas, y su padre decidió enviarle como escribano al despacho de un notario; pero pronto se desveló su inclinación por el arte.

El joven Jean-Honoré fue llevado ante François Boucher, quien reconoció sus dotes pero no quiso gastar su tiempo en darle una primera formación.

Fragonard estudió durante seis meses bajo la tutela del gran luminista, progresó notablemente y volvió al taller de Boucher, quien entonces sí intuyó su valía.

Durante más de medio siglo fue completamente ignorado, hasta tal punto que Wilhelm Lübke, en su obra Historia del Arte (1873), ni siquiera menciona su nombre.

Hay otras cuatro obras destacables en la colección Wallace: La fuente del amor, La institutriz, Una mujer grabando su nombre en un árbol (usualmente conocida como Le Chiffre d'amour) y El niño rubio.

Otras obras se encuentran en el museo de Lille, Besançon, Ruan, Tours, Nantes, Aviñón, Amiens, Grenoble, Nancy, Orleans, Marsella, etcétera, así como en Chantilly.