El camisón arrebatado

Con este cuadro hace pareja otro, Le feu aux poudres, sin duda anterior, presente en el Louvre con la colección Beistegui.

Esta obra sirvió para el redescubrimiento del artista, en una época en la que los hermanos Goncourt pusieron de moda el siglo XVIII gracioso y licencioso.

En efecto, Fragonard cayó en el olvido después de la Revolución francesa, pero fue la pluma de los Goncourt la que permitió que reencontrara su lugar, si bien como pintor frívolo; su talento como pintor histórico y elegíaco no se vio reconocido hasta el siglo XX.

Lleva una cinta azul en el pelo y un amorcillo, atributo de la diosa Venus, le arrebata el camisón.

Su desnudez permite al pintor recrearse en el atractivo sensual de la carne rosada.

Le feu aux poudres , pendant de El camisón arrebatado .