Las traducciones modernas principalmente usan las ediciones eclécticas que se ajustan con más frecuencia al tipo textual alejandrino.
La forma textual bizantina con frecuencia se marca con las abreviaturas 𝔐 o Biz.
Existen seis manuscritos de antes del siglo IX que se ajustan al tipo textual bizantino; de los del siglo V el Códice Alejandrino, (el más antiguo), es bizantino únicamente en los Evangelios siendo el resto alejandrino.
En comparación, el tipo textual alejandrino es atestigüado por nueve unciales sobrevivientes más antiguos al siglo IX (incluyendo al Códice Alejandrino sin los Evangelios); también se considera que es mostrado en tres papiros muy antiguos.
El primer Padre de la Iglesia en dar testimonio en un tipo textual bizantino en citas importantes del Nuevo Testamento fue Juan Crisóstomo (346 — 407); aunque las obras fragmentarias que han sobrevivido de Asterio el Sofista († 341) también han sido consideradas conforme al texto bizantino.
La traducción más antigua que atestigüa una base griega generalmente conforme al texto bizantino en los Evangelios es la Peshitta siríaca (aunque tiene varias lecturas alejandrinas y occidentales; usualmente fechada al siglo IV; además con respecto a varias lecturas muy controvertidas, como lo es Marcos 1:2 y Juan 1:18, la Peshitta coincide más bien con los testimonios alejandrinos.
La forma del texto bizantino encontrada en los testimonios más antiguos no es en una totalidad monolítica, y a veces difiere de un subgrupo bizantino de manuscritos que proliferaron a partir del siglo XI.
Entre la mayor parte de los manuscritos de más adelante, sin embargo, generalmente es posible demostrar una lectura claramente en su mayoría bizantina para cada variante; por ello un texto griego del Nuevo Testamento se basa en esa mayoría del lecturas, — "El Texto Mayoritario" — ha sido creado por Zane C. Hodges y Arthur L. Farstad, aunque este texto no corresponde a ningún manuscrito en particular.
[7] Comparado a los manuscritos del tipo textual alejandrino, las diversas lecturas bizantinas suelen mostrar una gran tendencia hacia el griego simple y bien formado, propio del Koiné en pocos casos muestran variación entre los pasajes paralelos de los Evangelios sinópticos, también es menos probable que presenten contradicciones o cuestiones "difíciles" de exégesis.
[8] Por ejemplo, en Marcos 1:2 se lee: "como está escrito en los profetas..." en el texto bizantino; mientras que el mismo versículo se lee "como está escrito en Isaías el profeta..." en los demás testimonios textuales antiguos.
No hay testimonios bizantinos consistentes entre los primeros papiros del Nuevo Testamento.
Las propuestas que han sido presentadas son: El texto bizantino estándar usado por la Iglesia Ortodoxa griega coincide con los manuscritos en minúscula de más adelante, y los manuscritos más antiguos fueron escritos en el siglo IX.
A las primeras familias bizantinas como la familia E y Π, Kurt Aland no las clasificó como manuscritos bizantinos, y a algunas de ellas las ubicó en la Categoría III de los manuscritos griegos del Nuevo Testamento.
[13] Karl Lachmann (1850) fue el primer crítico textual del Nuevo Testamento en producir una edición que desplazó al Texto Recibido.
Según el prefacio de la Biblia del rey Jacobo, el Texto Recibido, el tipo textual alejandrino y el tipo textual bizantino son 85% idénticos (que es de las variaciones que ocurren en algún manuscrito; en realidad solo el 15% difiere entre esos tres).
y en 2007, como resultados de esos esfuerzos, se usó en la tradición bizantina The Gospel According to John (El Evangelio según Juan).
Esto está de acuerdo al punto de vista de los eruditos como Harry Sturz y Maurice Robinson en que la raíz del texto bizantino podría ir a una fecha muy antigua; aunque Bruce Metzger señala que esto no puede ser tomado en cuenta para demostrar que esas lecturas estaban en el texto original.
[16] Varias de esas lecturas han coincidido con substancialmente con otros tipos textuales y ellos no son diferentes al texto bizantino.