Tipo textual alejandrino

El tipo textual alejandrino es la forma del griego del Nuevo Testamento que predomina en los primeros documentos que han sobrevivido, así como el tipo textual copto utilizado en los manuscritos egipcios.

En los manuscritos más recientes (a partir del siglo IX), el tipo textual bizantino se convirtió en el más común, y se mantiene como el texto estándar en la Iglesia Ortodoxa Griega, también subraya la mayoría de las traducciones protestantes de la época de la Reforma Protestante.

Sin embargo, la mayoría de traducciones modernas del Nuevo Testamento ahora usan un texto griego ecdótico que está más cercano al tipo textual alejandrino.

Hasta el siglo IX, los textos griegos fueron escritos enteramente en letras mayúsculas, también conocidas como unciales.

Por lo tanto, los manuscritos en griego que sobreviven del Nuevo Testamento de antes del siglo IX son relativamente raros; pero nueve - más de la mitad del total de los que sobreviven - muestran casi puro texto alejandrino.

Estos incluyen los manuscritos más antiguos casi completos del Nuevo del Nuevo Testamento: el Códice Vaticano Griego 1209 y el Códice Sinaítico (se cree que datan a principios del siglo IV d. C.).

Un número considerable de papiros de porciones antiguas del Nuevo Testamento que aún sobreviven pueden asignarse a este tipo textual, - por ejemplo,

La primera traducción del Nuevo Testamento en una versión copta egipcia - el Sahidic a finales del siglo II - utiliza el texto alejandrino como base griega; aunque otras traducciones del siglo II y III - en latín y siríaco antiguo tienden más bien a ajustarse al tipo textual occidental.

A pesar de que la gran mayoría de los manuscritos posteriores están en minúsculas conforme al tipo-textual bizantino; estudios detallados periódicamente, identificaron minúsculas individuales que transmiten el alternativo texto alejandrino.

Hasta ahora han sido descubiertos unos 17 manuscritos - en consecuencia, el tipo textual alejandrino es presenciado en casi 30 manuscritos conservados - de los cuales no todos están asociados con Egipto, aunque en esa área es donde son los más comunes.

Este tipo textual fue usado por Clemente,[1]​ Atanasio y Cirilo.

Lista de manuscritos destacados en el tipo textual alejandrino:

En Unciales: Códice Coisliniano, Porphyriano (excepto Hechos, Rev), Dublinense, Sangallense (únicamente en Marcos), Zacynthio, Athos Lavrense (en marcos y epístolas cat.

Todos los demás son clasificados en función a cuanto preservan

En comparación con los testimonios del tipo-textual occidental, las lecturas alejandrinas tienden a ser más cortas, y comúnmente se considera que tiene una menor tendencia a ampliar o parafrasear.

[4]​ Al comparar los testimonios del tipo textual bizantino, los manuscritos alejandrinos tienden a: En el Evangelio de Mateo 27:49 se añadió este texto: "El otro tomó una lanza y le traspasó el costado, e inmediatamente le salió agua y sangre" (ver Juan 19:34).

Es probable que este texto se añadió por causa de los combates con el docetismo.

Otra es que las lecturas alejandrinas se consideran con más frecuencia como las que mejor pueden explicar el origen de todas las variantes de lecturas encontradas en otros tipos textuales.

Sin embargo, a este consenso general hay opiniones distintas.

Algunos críticos textuales, especialmente los de Francia, sostienen que el tipo textual occidental, un texto antiguo del que se derivan las versiones en Latín antiguo del Nuevo Testamento, está más cerca a los originales.

En los Estados Unidos, algunos críticos tienen una opinión contraria, esta prefiere al tipo textual bizantino (Maurice Robinson).

Ellos afirman que, casi solo Egipto ofrece óptimas condiciones climáticas que favorecen a la conservación de los manuscritos antiguos, mientras que, por otro lado, los papiros utilizados en la parte oriental (Asia Menor y Grecia) no habría sobrevivido debido a las condiciones climáticas desfavorables.

Eldon Jay Epp argumentó que los manuscritos se distribuyeron en el mundo romano, y numerosos documentos de otras partes del Imperio Romano se encontraron en Egipto desde finales del siglo XIX.

[10]​ Los principales defensores alejandrinos argumentan que la Iglesia Bizantina estaba dominada por el Arrianismo (el cual está en oposición a la corriente principal del dogma cristológico trinitario) alrededor del tiempo en que vemos por primera vez evidencia del texto bizantino emergente.

La evidencia de los papiros sugiere que - al menos en Egipto - coexistieron en la misma área en el período del Cristianismo Primitivo lecturas de manuscritos muy diferentes.

Así, mientras que a principios del siglo III el papiro P75, que es un testimonio textual de Lucas y Juan está muy cerca del que se encuentra un siglo después, en el Códice Vaticano, el P66, casi contemporáneo, tiene un texto mucho más libre de Juan; con muchas variantes únicas; y otras ahora consideradas distintivas a los tipos textuales occidental y bizantino, no obstante, la mayor parte de las lecturas son alejandrinas.

Griesbach produjo una lista de nueve manuscritos que representan al texto alejandrino: C, L, K, 1, 13, 33, 69, 106 y 118.

El aún piensa que la primera mitad de Mateo presenta el tipo-textual Occidental.

[12]​ Johann Leonhard Hug (1765–1846) sugirió que la recensión alejandrina iba a ser fechada a mediados del siglo III, y fue la purificación de un texto rústico, que era similar al texto del Códice de Beza.

[13]​[14]​ A partir de Karl Lachmann (1850), los manuscritos del tipo textual alejandrino han sido los más influyentes en las ediciones modernas críticas del griego del Nuevo Testamento, logrando una amplia aceptación en el texto de Westcott & Hort (1881), y culminando en la 4a.

El final del libro de los Hechos (folio 76r) del Códice Alejandrino , el cual posee tipo textual bizantino en los Evangelios y alejandrino en gran parte del resto del Nuevo Testamento